¿Qué debo tener en cuenta al buscar un televisor?

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A lo largo de los casi veinte años de esta columna he escrito varios artículos acerca de televisores, siempre con el fin de proporcionar a mis lectores orientación para subsidiar sus compras, y obtener la mejor relación costo-beneficio.

El retorno periódico al tema se debe a la fantástica evolución en este ámbito, donde pasamos de dispositivos cinescopio a pantalla plana, con un avance impresionante en la imagen, y otros subproductos como sonido multicanal, acceso a internet, conexión inalámbrica, reproducción de fotos, música y vídeos, etc.

Durante mucho tiempo, el único avance de los televisores de tubo fue en tamaño. El sueño del consumo era un dispositivo de pantalla plana de 29 pulgadas, que costaba una pequeña fortuna. Los más ricos tenían modelos de 38 pulgadas, y los bares y clubes nocturnos usaban enormes modelos de retroproyección.

En una época en la que el mejor medio doméstico era el VCR, no había mayores exigencias, y muchos incluso abogaban por el uso de pantallas más pequeñas para tener una mejor imagen. El tamaño y el peso también eran complicados. ¡En un momento compré uno televisor de pantalla ancha de 32 pulgadas que pesaba más de ochenta kilos!

La llegada del DVD y los primeros dispositivos de pantalla plana cambiaron todo este escenario. Los televisores de plasma de 42 pulgadas llenaban de asombro a los clientes de los hipermercados, porque además de la fascinante imagen, ¡el precio era comparable al de un apartamento popular!

La entrada de paneles LCD en el mercado provocó una enorme reducción de precios, debido principalmente a la enorme oferta de modelos en tamaños más pequeños. Esta oferta de televisores a precios más baratos, y la abundancia de DVDs piratas popularizaron lo que una vez fue un nicho restringido a aquellos que podían tener un cine en casa. Parafraseando un título famoso, la clase obrera había llegado al paraíso.

Con la popularización de los televisores LCD, y más tarde, los de LED, el plasma perdió espacio y hoy es solo un recuerdo de los fanáticos de esta tecnología, que ofrecía una imagen más cercana al cine. Lo que se observa desde el mercado es una profusión de modelos y marcas, cuyas especificaciones técnicas son una verdadera sopa de letras, lo que causa un dolor de cabeza para quienes desean adquirir un nuevo modelo. Preguntar al vendedor puede ser una trampa, ya que por lo general tampoco él entiende mucho, y enunciará cosas absurdas.

¿Qué hacer, entonces? En estos asuntos, siempre he argumentado que, antes de explorar las tiendas, el candidato a comprador debe analizar sus necesidades. Después de todo, el dinero de uno es valioso y debe aplicarse con parsimonia y sabiduría. Dejemos a los muy ricos la opción de «comprar un cine en casa para llenar una habitación».

La gran mayoría de las personas se contentan con la programación que ofrece la televisión abierta o los canales de suscripción. Para estos, que no tienen grandes necesidades de imagen y sonido, prácticamente cualquier modelo LCD o LED cumplirá, especialmente los canales abiertos con señal digital.

El mismo razonamiento se aplica a aquellos que ven películas de los canales de suscripción, que son cada vez más abundantes. Las películas ya están disponibles en Netflix y Amazon Prime en 4K, lo que permite una calidad de imagen nunca antes vista cuando se trata de cine en casa. Por supuesto, el sonido del televisor, por muy bueno que sea, nunca será el mismo que el  de un sistema de cine en casa, especialmente si la fuente es un disco Blu-Ray de calidad. Esto también se aplica a los efectos especiales, especialmente en escenas de acción digital.

Y si la intención es realmente hacer un cine en casa, ¿ cuáles serían los televisores apropiados y qué cuidados tomar en la adquisición?

Bueno, a menos que su habitación sea muy pequeña, apenas está siendo atendida por un panel de menos de 42 pulgadas. Y dado que el precio ha bajado mucho, ya es posible encontrar modelos de 50 pulgadas por el precio que pagué por aquelle dinosaurio de 80 kilos que mencioné anteriormente.

 Hoy en día existe una profusión de modelos de 50, 55, 60, 65 pulgadas e incluso tamaños más grandes, que son perfectos para una habitación de tamaño mediano, y con un precio que aún es menor que un proyector y una estructura de pantalla. Por supuesto están fuera de esta gama los nuevos modelos OLED, QLED y 8K, que pretenden llegar a ocho veces la definición de un Blu-Ray.

Aun así, una inversión de tres, cuatro o cinco mil reales es un valor significativo, que merece un gran cuidado para no convertirse en una molestia mucho mayor que el placer esperado.

El primer cuidado debe ser con respecto a lo que realmente se necesita. ¿El uso más grande será para películas o para programación abierta? ¿Hay muchos equipos para conectar? Si la persona no dispone de receptor de audio y vídeo, conectar un Blu-Ray, sintonizador de televisión de pago o un videojuego implica diferentes entradas HDMI, la única que permite enviar datos de sonido e imagen de forma digital.

Cuanto mayor sea el requisito de calidad de sonido e imagen, más cuidado debe tener el comprador. Los anuncios siempre afirmarán que este modelo tiene un recurso adicional que ofrece la mejor imagen del mercado, lo que casi siempre no es cierto.

Los equipos más grandes y sofisticados también pueden presentar defectos, algunos de ellos sistemáticos, y que causan grandes dolores de cabeza. Imagínese llevar un panel de 65 pulgadas para asistencia técnica … Ni siquiera cabe en un coche normal.

La gran herramienta de ayuda es Internet. Definido uno o más modelos que desea adquirir, busque en Internet para ver las opiniones de las personas. Pasé por esta experiencia hace algún tiempo cuando dejé de comprar un modelo que tenía un precio excelente, pero la mayoría de los usuarios se quejaban de fallas y operación lenta.

En estos tiempos de globalización, los mismos modelos son lanzados en todo el mundo, lo que es de gran ayuda a la hora de la búsqueda. Si su inglés está a la altura, ponga el código del modelo en Google, y la palabra “review”, y aparecerán cientos o miles de testimonios de personas que compraron ese dispositivo y sus impresiones. El sitio web  de Amazon ya es un  gran punto de partida.

El mercado está lleno de televisores smart, con mil y una utilidades. De nada sirve gastar dinero en un dispositivo que no tenga esta capacidad, porque hoy en día todo está conectado o conectable. Muchos ya han retirado los diversos dispositivos que gravitaban alrededor del televisor porque es posible ver películas, escuchar música, ver sus fotos, etc. a través de su televisor. El único cuidado debe ser lo que realmente debe ofrecer un televisor, sea cual sea la tecnología, que es una buena imagen.

 

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