Cloud Atlas: La red invisible

Share on FacebookTweet about this on TwitterShare on Google+Pin on PinterestEmail this to someone

 

Viaje por el sendero de la humanidad

 

Cuando escuché que la película «Cloud Atlas: La red invisible» («Cloud Atlas», EE.UU., 2012) había sido dirigida por las hermanas Wachowski, sospeché un poco. Al poco tiempo, aunque hayan revolucionado el mercado con la sorprendente «Matrix» («The Matrix», EE.UU., 1999), hicieron dos secuencias confusas, que no me gustaron. Pero como el tercer participante en la dirección fue el alemán Tom Tykwer, de la excepcional «Perfume – La historia de un asesino» («Perfume: The Story of a Murderer», ALE/EE.UU., 2006), me interesó bastante.

«Cloud Atlas: La red invisible» es una gran película, no solo por sus tres horas de duración, sino por el complejo guión, con seis historias que suceden en diferentes momentos, correlaciones frecuentes y una filosofía básica que sin duda complacerá a los simpatizantes de la doctrina espírita.

La premisa de la película es que vivimos varias vidas, y lo que hacemos en cada una de ellas influye en las siguientes. La película lo discute de una manera dinámica, llevando al espectador a seguir historias que van desde el siglo 19 hasta un futuro post-apocalíptico, en un tiempo indefinido.

En el siglo 19, Adam Ewing (Jim Sturgees), un joven abogado, es enviado por la familia para negociar la compra de nuevos esclavos. En el turbulento viaje de regreso, aquejado por una enfermedad de causa desconocida, salva a un esclavo, Autua (David Gyasi), mientras un ambicioso médico, Henry Goose (Tom Hanks), lo acompaña. Sus penurias son registradas en un diario, que escribe a la mujer.

En 1930, el joven y talentoso compositor Robert Frobisher (Ben Whishaw), desheredado por la familia por ser homosexual, ayuda al anciano músico Vyvyan Ars (Jim Broadbent). Mientras busca la creación de la música perfecta, Robert encuentra el diario escrito por Ewing entre los libros de Ars. En medio de conflictos con el jefe, Robert confía sus dificultades en cartas al amante Rufus Sixmith (James d’Arcy).

En 1970, la periodista Luisa Rey (Halle Berry) conoce a Rufus Sixmith (James d’Arcy) cuando el ascensor en el que ambos se encuentran se rompe. Más tarde, busca revelar que están encubriendo una serie de fallas en el diseño de la construcción de un reactor nuclear. Cuando él es asesinado, ella recibe la ayuda inesperada de Isaac Sachs (Tom Cruise) y Joe Napier (Keith David).

En los días actuales, Timothy Cavendish (Jim Broadbent) es el dueño de una pequeña editorial, que ha lanzado un libro que difícilmente dará rendimiento financiero. Sin embargo, la situación cambia cuando el autor del libro mata a uno de sus críticos, convirtiéndose en una celebridad instantánea. El problema es que Cavendish es perseguido por un grupo de alborotadores y termina en un refugio para ancianos, donde liderará una divertida rebelión.

En unos pocos siglos en el futuro, en la megalópolis de Nueva Seúl, Sonmi-451 (Donna Bae) es una clon que trabaja en un restaurante de comida rápida. Fue programada para realizar las mismas tareas todos los días, sin expresar ninguna queja, pero la situación cambia cuando se despierta para cuestionar su propia existencia. Ayudada en la fuga por el joven rebelde Hae-Joo Chang (Jim Sturgess), se enfrenta a la difícil decisión de convertirse en la líder espiritual de una rebelión.

En un futuro lejano, después de un evento conocido como La Caída, las raras tierras que sobrevivieron al aumento de los mares son el escenario de una realidad post-apocalíptica. En esta época vive Zachry (Tom Hanks), de una tribu que venera a la diosa Sonmi, y teme la influencia del demonio Old Georgie (Hugo Weaving), así como de los vecinos caníbales. Su vida cambia cuando Meronym (Halle Berry), miembro de un grupo evolucionado llamado Prescients, le pide que la lleve a un lugar peligroso en el corazón de la isla.

El desarrollo de la película puede ser un poco confuso para los que están esperando una historia lineal o superficial, pero para el espectador atento, es divertido seguir cada historia, y sobre todo tratar de identificar qué actor está actuando, ya que la mayoría participa en casi todos los segmentos. Al final de la película, en los créditos finales, aparece una breve imagen de cada personaje vivido por cada actor.

Aunque no haya profusión de efectos especiales, con la excepción de la historia en Nueva Seúl, las historias son interesantes y mantienen la atención del espectador, hasta el punto de apenas darse cuenta de las casi tres horas de duración de la película.

Las cuestiones filosóficas no se exploran mucho, aunque sea una película que merece ser vista más de una vez, como la cantidad de personajes, situaciones y hechos presentados. La película está basada en el libro «El atlas de las nubes» del escritor inglés David Mitchell. Esta película está disponible en la plataforma Looke.

 

Share on FacebookTweet about this on TwitterShare on Google+Pin on PinterestEmail this to someone