El perfume: Historia de un asesino

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El olor de la muerte

 

He tenido la oportunidad de comentar muchas películas basadas en libros, algunas con éxito, otras no tanto. El problema es que, cuando el libro es excepcional, las expectativas para la película son muy altas, por lo que ocurren muchas decepciones. Quizás por eso el libro “El perfume”, del escritor alemán Patrick Süskind, publicado por primera vez en 1985, tardó dos décadas en llegar a las pantallas. Afortunadamente para nosotros, “El perfume: Historia de un asesino” (“Perfume: The Story of a Murderer”, EE. UU. / ALE, 2006) valió la pena la espera.

El paradigma “el libro era mejor” es una constante, a la hora de intentar realizar alguna adaptación literaria para las pantallas del cine. El descontento es comprensible porque, además de ser lenguajes diferentes, los públicos también son diferentes. Pero, si hay queja en este caso será por la fidelidad al texto, aunque por la cuestión del tiempo disponible hubo que dejar mucho de lado.

El personaje principal es Jean-Baptiste Grenouille (Ben Wishaw), un joven nacido en una lonja de pescado de París, en 1738. Su nacimiento ya es un revuelo, ya que su madre lo abandona en el suelo para morirse. Cuando se descubre el hecho, ella es arrestada y luego ejecutada, mientras que el niño es entregado a un orfanato.

El joven tenía dos características que lo harían único. Además de no desprender ningún olor, tenía un sentido del olfato extremadamente agudo, capaz de percibir y reconocer a las personas solo por el olor. Como no podía distinguir entre un olor agradable y uno malo, para él todo era diferente. Entonces, trabajar en una curtiduría no era un problema, mismo con los malos olores que enfermaban a todos. Introvertido y centrado en su propio universo, la única diversión del niño era pasear por las calles de París, conociendo e identificando nuevos aromas.

En estas andanzas, conoce a Baldini (Dustin Hoffman), un conocido perfumista, que ocultaba su incompetencia difamando a sus competidores. Cuando el niño reproduce fácilmente el perfume de otro perfumista, Baldini se da cuenta de que tiene un tesoro en sus manos, contratándolo de inmediato.

Sin dar importancia al dinero, Grenouille se adapta a su nueva situación, teniendo la oportunidad de aprender las diferentes formas de hacer aceites, esencias y fragancias. Poco a poco, su ambición única y secreta va tomando forma, crear un perfume que reproduzca el olor de una mujer joven.

En sus nuevos proyectos, intenta destilar un gato. Antes, había matado involuntariamente a una mujer cuando intentó de mantenerla callada y descubrió los olores embriagadores en su cuerpo.

Diciendo adiós a Baldini, Grenouille decide trasladarse a la ciudad de Grasse, la capital mundial de los perfumes, donde vive una experiencia mística al darse cuenta de que su cuerpo no tenía un olor específico. A partir de ahí, comienza la secuencia de muertes de mujeres, necesaria para la creación de su gran obra. A medida que ocurren los crímenes, el pánico se extiende por toda la ciudad.

Mientras las personas se mueven, huyen o se encierran para proteger a sus hijas, Grenouille intenta crear su perfume final, una combinación de aromas extraídos de las mujeres que persigue y mata. Para el toque final, necesitará una víctima definitiva, la hermosa y pura Laure Richis (Rachel Hurd-Wood).

El libro de Patrick Süskind ha logrado un gran éxito en todo el mundo, vendiendo hasta 15 millones de copias en más de cuarenta idiomas. Para tener una idea, incluso el rockero Kurt Cobain, fanático por Süskind, compuso la canción «Scentless Appretince», del álbum «In Utero», basada en ese libro.

Durante años, varios cineastas, como Tim Burton, Martin Scorsese y Milos Forman, estuvieron interesados en llevar el libro a la pantalla. Stanley Kubrick también consideró el proyecto, hasta que concluyó que el libro era “in-filmable”. Solo en 2001, el productor Bernd Eichinger logró convencer a Süskind, pagando 10 millones de euros por los derechos de cine.

El presupuesto para «Perfume: Historia de un asesino» fue de 65,8 millones de dólares. Fue la película más cara jamás hecha en Alemania hasta entonces. Gran parte de este dinero se gastó en el cuidadoso escenario del siglo XVIII, tanto en decorados como en vestuario. El elenco, formado en su mayoría por actores ingleses, es el gran pilar de la película, gracias a la segura dirección de Tom Tykwer. Para los que no lo conocen, es bueno recordar “Corre, Lola, Corre” (“Lola rennt”, ALE, 1998), el asombroso clip-movie protagonizado por Franka Potente.

Recientemente, Netflix lanzó la miniserie “Perfume” (“Parfum”, ALE, 2018), donde se desarrolla una secuencia de asesinatos con mutilación de cuerpos, y todos los involucrados tienen algo que ver con el libro escrito por Süskind.

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