La mujer de la montaña

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Quijote con faldas

 

Las películas sobre causas ambientales no son novedad hoy en día, y mucho menos los dramas familiares que involucren adopción. Pero si reunimos los dos temas en un entorno poco conocido como Islandia, y otra serie de detalles innovadores, entonces tenemos la composición de «La mujer de la montaña» («Kona fer í stríð». ISL, 2018), representante de aquél país para la categoría de mejor película de habla no inglesa, en el Oscar 2019.

En los primeros minutos de la película ya presenciamos una acción de Halla (Halldóra Geirharðsdóttir) como ecoterrorista. Armada con un arco y una flecha, es capaz de sabotear la red de transmisión que conduce la energía a una fábrica de aluminio, para ella una grave amenaza para el medio ambiente y la salud y el estilo de vida de los islandeses.

Durante el escape, ella pide ayuda a un granjero, Sveinjörn (Jóhann Sigurðarson), quien revela que incluso pueden estar relacionados, ya que su abuelo era un gran mujeriego. Escapando del arresto, Halla reanuda su vida normal como directora de coro.

Halla es una mujer solitaria de mediana edad con poca vida social, pero con un profundo sentido del deber hacia la conservación del medio ambiente de su país. Quizás es por eso que le sorprende la noticia de que ha sido seleccionada por una agencia de adopción para recibir a una pequeña huérfana ucraniana.

Si bien Halla está contenta con la posibilidad de convertirse en madre, por otro lado, está angustiada por la posible invasión del poder económico chino, combinado con la entusiasta colaboración de su propio gobierno. Incluso dividida, no puede evitar realizar otra acción espectacular contra la fábrica de aluminio.

Y este momento de éxito en su lucha ambiental también puede significar un revés en su proyecto de ser madre, ya que sus acciones desencadenan una rigurosa investigación multinacional. Para complicar las cosas, su hermana gemela, que sería la tutora de reemplazo, anuncia que planea partir para un viaje de dos años a India.

Esta curiosa historia tiene lugar en uno de los escenarios menos conocidos del mundo. Islandia es un país fundado por los vikingos por encima del Círculo Polar, con una población de poco más de trescientos mil habitantes, muy poca tierra fértil y gran actividad volcánica.

A pesar de su historia simple, esta película está llena de cosas interesantes, comenzando con la protagonista, una mujer fuera de los estándares de belleza de Hollywood, pero que gana la simpatía y la complicidad del espectador en su lucha contra los gigantes. Halldóra Geirharðsdóttir no solo desempeña el papel de la luchadora Halla, sino también el de la hermana gemela Ása con extrema competencia, ¡hasta el punto de que yo mismo creí que eran dos actrices!

Además del hermoso paisaje, fotografía competente y edición perfecta, «La mujer de la montaña» trae una curiosidad adicional, con la banda sonora como parte de la escena. Por supuesto, una banda sonora tiene la función de acompañar los diferentes momentos de la película, pero en este caso, ¡los músicos están literalmente en la escena!

No es difícil para el espectador identificarse con la heroína, incluso si está cometiendo acciones criminales. Sin embargo, en un país donde la policía ni siquiera usa armas, y su sitio web está lleno de fotos lindas y divertidas, el villano resulta ser el capitalista invasor. De manera sutil, la película también plantea algunas críticas sobre la xenofobia y el horror de la guerra.

A diferencia de otras producciones, «La mujer de la montaña» trae una frescura sobre el Séptimo Arte, mostrando que todavía hay ángulos por explorar sobre esta nuestra sufriente humanidad. La película ganó 25 premios y fue nominado para otros 13 categorías en varios festivales alrededor del mundo, destacandose el premio al mejor guión en Cannes en 2018.

Desde el año pasado, han circulado noticias de que una nueva versión estadounidense de esta película ya está en marcha. Es difícil imaginar lo que pueda salir de él, pero al menos la dirección será de Jodie Foster, lo que da cierta esperanza de que el espíritu de la película original se mantenga.

 

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