Película de la semana: «La Buena Esposa»

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Vida en las sombras

 

Por detrás de un gran hombre, siempre hay una gran mujer. Este dicho popular, aparentemente simpático, todavía expresa una fuerte carga del machismo tan presente en casi todas las sociedades del mundo. Y es basado en el machismo la gran película «La Buena Esposa» ( «The Wife», EE.UU., 2017), del director Björn Runge. El papel-título es vivido por Glenn Close, que por él fue nominada al Oscar 2019 de mejor actriz.

En los dias actuales, Joan (Glenn Close) es la esposa de Joe Castleman (Jonathan Pryce), un escritor de renombre. Ambos fueron sorprendidos una mañana por una llamada telefónica desde Suecia, donde alguien les informa de que Joe había sido galardonado con el Premio Nobel de Literatura.

Después del choque inicial, la pareja celebró la noticia con sus hijos Susannah (Alix Wilton Regan) y David (Max Irons), además del círculo de amigos cercanos. Joe, en su discurso, elogia mucho el apoyo de la familia, especialmente Joan, que está con él hace cuatro décadas.

Como Susannah está a punto de tener un bebé, solamente David acompañará a sus padres a la entrega del premio. David también tiene sueños de ser escritor, pero la fama del padre, y la propia relación de los dos dificulta su progreso.

Poco a poco el espectador descubre que hay algunos disturbios en aquella familia aparentemente perfecta. Además de la relación difícil con el hijo, Joe periódicamente comete infidelidades, actos que Joan finge no ver. De hecho, su relación había comenzado con una infidelidad, ya que Joe (Harry Lloyd) estaba casado cuando comenzó un romance con Joan (Annie Starke), su alumna en el momento.

Esta actitud puede parecer extraña, pues Joan desde siempre fuera una mujer inteligente e independiente. Pero además del machismo dominante en la época, donde se toleraban aventuras extramaritales – para los hombres – ella sabía que el poder seductor de Joe no se limita a lo físico, pero a su dominio de las palabras y la literatura.

Muchos años después, durante el viaje a Suecia, para Joe poca cosa cambió, pero para Joan, la copa parece estar a punto de desbordarse. Además de estar siempre relegada a un segundo plano, Joan se da cuenta de que su marido está todavía en busca de aventuras, mientras que la relación con el hijo va de mal en peor.

Y para complicar aún más las cosas, Joan se ve asediada por un insistente reportero, Nathaniel Bone (Christian Slater), que parece conocer cosas que ella preferiría que jamás fueran discutidas, como su propio talento para la literatura.

A medida que se acerca la entrega del premio, aumentan las tensiones, ya través de los recuerdos de la esposa el espectador descubre la raíz de todos los males de la familia. Un trágico acontecimiento hará que todo tenga que ser repensado.

A pesar del título y de la actuación fantástica de Glenn Close, esta es una película sobre el machismo. Aunque ha habido una gran evolución hacia la igualdad entre hombres y mujeres, todavía queda mucho por recorrer. Y si hoy mismo estamos presenciando hombres (y mujeres) machistas ocupando altos cargos políticos, imaginen el mundo décadas atrás. A través de flashbacks el espectador es informado sobre los preconceptos que imperaban en el mercado de literatura.

«La Buena Esposa» fue magníficamente adaptada del libro de Meg Wolitzer a la pantalla, a pesar de ser fuertemente basada en el diálogo y la actuación del elenco. No es difícil imaginarlo como una pieza de teatro, ya que dispensa recursos cinematográficos indispensables en otros géneros.

Y hablando en actuación, no cabe duda de que ésta es la película de Glenn Close. Esta gran señora de 72 años exuda una belleza totalmente diferente de su papel más famoso, la sensual y alucinada Alex de «Atracción fatal» («Fatal Atracción», EE.UU., 1987). Esta es la séptima indicación de Glenn Close al Oscar, y esperamos que esta vez la Academia haga justicia al indiscutible talento de la actriz.

«La Esposa» es una de las mejores películas dramáticas de los últimos años, no sólo por tratar de relaciones familiares complejas, sino también por denunciar el machismo que sigue sumamente presente en todo el mundo, incluso en las sociedades dichas avanzadas.

 

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