Película de la semana: «Tres Segundos»

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El juego que acabó tres veces

 

La única cosa buena de la edad es que tenemos la oportunidad – no siempre aprovechada – de ser testigo de momentos históricos. Uno de estos momentos, que tuve la oportunidad de ver en la TV fue la final de baloncesto de los juegos olímpicos de Múnich, en 1972. Este evento, tan interesante y único, fue el tema de la película rusa «Tres Segundos» (RUS, «Dvizhenie vverkh», 2017), hizo casi medio siglo más tarde.

Esta Olimpiada fue una de las más tumultuosas de la historia. En plena Guerra Fría, una Olimpiada era una de las pocas oportunidades para soviéticos desafiaren a los estadounidenses y demás países occidentales sin involucrar armas y ejércitos.

Sin embargo, en esa misma época hervían muchos movimientos de las más diferentes ideologías, incluso de palestinos, que buscaban el derecho a una patria, y practicaban secuestros y atentados. En Munich, la facción Septiembre Negro invadió el alojamiento de Israel e hizo numerosos rehenes. Por despreparo de la policía alemana, el balance final fue de cinco terroristas, once atletas israelíes y un policía muertos.

Sin embargo, aunque algo se muestre en esta película, el objetivo principal era fue la actuación del equipo de baloncesto de la Unión Soviética, que a pesar de que tenía muchos talentos y llegó a ser campeón de Europa, no podía ser comparado con cualquier equipo de Estados Unidos. Fue con un grupo sin experiencia, con muchas diferencias regionales y y sin recursos financieros que el entrenador Vladimir Garanzhin (Vladimir Mashkov) tuvo que trabajar para los Juegos Olímpicos.

Además de las dificultades con el equipo, Garanzhin tenía sus propios problemas, con un hijo necesitando una cirugía, y toda la pesada burocracia de la Unión Soviética obstaculizando sus planes.

Poco a poco, él entrenador fue ganando la confianza de sus jugadores, y pudo armar un equipo fuerte, pero apoyado firmemente los talentos individuales de algunos jugadores, especialmente Sergey Belov (Kirill Zaytsev). Él pronto percibe que necesitarán ir a la fuente del baloncesto, en el propio territorio americano, para conocer más sobre el deporte.

La construcción de la historia es interesante, aunque tenga una atmósfera cargada de melodrama en el mejor estilo ruso, aunque no altere el resultado final de la película. Gran parte de las dos horas y trece minutos de la película está dedicada a la formación de equipos y la preparación para los Juegos Olímpicos. una buena edición podría reducir el tiempo total y mejorar el ritmo de la película.

El climax de la película es el partido final contra el equipo estadounidense. En aquella época, los atletas profesionales no podían competir en una Olimpiada, entonces todos los jugadores americanos venían de la liga universitaria, que es el acceso natural para la liga profesional. Sin embargo, las selecciones americanas eran imbatibles, nunca habiendo perdido un partido, de ahí el tamaño del desafío que los soviéticos tenían por delante.

El partido final se muestra casi en tiempo real, emocionando hasta los que nunca oyeron hablar de ese juego. Más emocionante aún fue el final – los finales, en realidad – ya que errores del arbitraje forzaron la repetición de los tres segundos del título.

La película está bien hecha, con una gran ambientación de época, y trae una visión crítica interesante de la antigua Unión Soviética vista desde la óptica de los rusos de hoy. Los actores, la mayoría joven, actúan muy bien y dan mucha vida a la película.

Hay un aspecto en la película que va a irritar un poco a los brasileños. Al mostrar la Copa Intercontinental de 1972, realizada en São Paulo, la imagen es de una ciudad a la orilla del mar, y el gigantesco gimnasio del Ibirapuera fue reducido a un campo de condominio. ¿Será que los realizadores de la película no saben que São Paulo se queda a 80 km del mar, y que el gimnasio del Ibirapuera incluye diez mil espectadores? Además, el uniforme de la selección brasileña tiene un amarillo mucho más oscuro, y el juego con los soviéticos es una verdadera batalla campal.

«Tres segundos» es una película interesante para ver, sobre todo por la diferencia de los padrones de Hollywood a que estamos acostumbrados. Más interesante aún es conocer un evento real con un nivel de detalle pocas veces mostrado antes. Durante la exhibición de los créditos finales se muestran los momentos finales del juego real, con imágenes de la televisión de la época.

Título original: «Dvizhenie vverkh»

 

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