Coluna Claquete – 21 febrero 2017 – Películas de la semana: «Un hombre llamado Ove» y «Land of mine: Bajo la arena»

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Newton Ramalho

 

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Películas de la semana: «Un hombre llamado Ove» y «Land of mine: Bajo la arena»
Muy atrás han quedado los días en que el cinema sueco fue reconocido sólo por las herméticas películas de Ingmar Bergman.En los últimos años, películas y series producidas en los países escandinavos han alcanzado un nivel de excelencia técnica y el contenido que supera incluso la industria tradicional de Hollywood. Prueba de eso son dos excelentes películas finalistas para el Oscar de mejor película extranjera de 2017, la sueca «Un hombre llamado Ove» y la danesa «Land of mine: Bajo la arena».
Aunque tienen temas muy diferentes, las dos películas escandinavas tienen una cosa en común, que veremos más adelante. Obviamente, la calidad técnica y la actuación también son excepcionales, incluso con actores poco conocidos del público en general.
«Un hombre llamado Ove» ( «En Man Som Heter Ove», Suecia 2015) se basa en un libro del mismo nombre, escrito por Fredrik Backman. En la historia se nos presenta al personaje Ove (Rolf Lassgård), un viejo gruñón, irascible y muy metódica, que lucha con cualquier cosa que se mueve, especialmente con los vecinos del condominio donde vive.
Una cosa que nadie se da cuenta es que Ove ya intentó suicidarse varias veces y siempre se ve obstaculizado por sus nuevos vecinos, la inmigrante iraní Parvaneh (Bahar Pars), que está embarazada, su marido Patrick (Tobias Almborg) y las dos hijas de la pareja .
Mientras la insistente Parvaneh comienza a romper la armadura de autoisolamento de Ove, el espectador se da cuenta de su historia, como la muerte de su madre en la infancia, y la estrecha relación con su padre, un hombre de pocas palabras, pero de valores inamovibles.
Además de su padre, otra persona fue de extraordinaria importancia en la vida de Ove, su mujer Sonja (Ida Engvoll), el gran amor de su vida, la conductora de sus éxitos y principal víctima de la tragedia que cambió la historia de la pareja.
La relación de Ove con Parvaneh y su familia hace el viudo gruñón cambiar su actitud hacia el mundo, al mismo tiempo que recorda a los otros la persona adecuada, útil y compañera que él siempre había sido.
La película «Land of mine: Bajo la arena» ( «Under Sandet», Dinamarca 2015) tiene como tema un sujeto poco conocido, pero que es considerado como un crímen de guerra tan grave como los cometidos por los nazis durante la ocupación en la Segunda Guerra Mundial.
Después de que terminó la guerra en Europa en mayo de 1945, las tropas alemanas en Dinamarca fueron encarcelados por los aliados. En ese momento de la guerra, mucho de las tropas alemanas consistía de jóvenes, muchos de ellos todavía en su adolescencia, muy diferente situación de las tropas profesionales del inicio del conflicto.
Parte de estos jóvenes fueran obligados a entrenar en el desarme de minas porque temiendo desembarco de los Aliados en la costa de Dinamarca, los alemanes habían instalado más de dos millones de minas en las playas del país. Se estima que dos mil prisioneros fueran sometidos a esta tarea, y al menos la mitad murió o fueron severamente heridos.
Sin jamás haber trabajado con eso antes, sin alimentos o equipo, un grupo de prisioneros quedó bajo el mando del Sargento Rasmussen (Roland Moller), que los trataba con dureza y los obligaba a trabajar en las playas, desarmando y recogiendo los artefactos.
La convivencia, las dificultades, los accidentes e incluso conflictos con los superiores hacen Rasmussen poco a poco cambiar su visión brutalizada por la guerra, y empezar a ver en los niños no sólo el enemigo, pero los seres humanos.
Curiosamente, este es el punto en común entre estas tan diferentes películas. Mientras Ove construye una máscara de irascibilidad para ocultar el dolor en sí, el sargento Rasmussen y todo el mundo alrededor de él sólo veía al enemigo nazi, incluso aquellos imberbes chicos que sólo querían volver a casa.
En ambos casos, sólo la convivencia, la ruptura de paradigmas, y la percepción de la humanidad en sí mismo y en el otro hacen que los caracteres entendan que todos somos compañeros de la misma condición humana.
Independientemente de los premios, estas dos películas valen la pena el boleto por la hermosa provocación que hacen, sobre todo en los tiempos en que vivimos, donde la intolerancia alcanza niveles inimaginables, y cada día más y más personas verten su odio contra los estereotipos de una manera totalmente irracional .
Títulos originales: «En Man Som Heter Ove» y «Under Sandet»
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