Artículo: El día en que Stieg Larsson se revolvió en la tumba
Tal vez el nombre de Stieg Larsson no sea tan familiar para la mayoría de la gente. Este periodista sueco, que pasó la mayor parte de su vida denunciando extremistas, racistas y practicantes de la violencia contra las mujeres, fue el autor de una trilogía de libros extremadamente exitosa, que se transformaron en grandes películas – pero todo esto dio un giro inesperado con la reciente película «La chica en la telaraña».
Antes de hablar de este desastroso lanzamiento, vamos a volver en el tiempo, cuando Larsson aún estaba entre nosotros. Karl Stig-Erland Larsson nació en Suecia en 1954, y cuando comenzó a ejercer la profesión de periodista, se dedicó a investigaciones sobre el extremismo político en su país. Habiendo presenciado una violación colectiva en su adolescencia, Larsson creó una extrema aversión a la violencia contra la mujer, lo que marcaría su vida para siempre.
Puede parecer extraño que en Suecia, un país entre los que tienen mejor calidad de vida en el mundo, se suceden cosas que sólo imaginaríamos en el Brasil del fascismo desvergonzado de 2019, como la xenofobia, la violencia contra las mujeres, el racismo, la homofobia, etc .. Pero, como él relató en su primer libro, 18% de las suecas fueron amenazadas por los hombres una vez al largo de sus vidas, 46% sufrieron violencia cometida por los hombres, 13% fueron víctimas de violencia sexual, y 92% de las víctimas de asalto sexual no se quejaron à la policía.
Esta vida de lucha contra el extremismo nunca trajo éxito para Larsson, y hasta le granjeó innumerables enemigos que constantemente le amenazaban de muerte. Por eso mismo, Larsson nunca casó legalmente con su compañera de largo plazo Eva Gabrielsson, pues por la ley sueca, su dirección tendría que hacerse pública, lo que era un riesgo en función de las amenazas que sufrían.
Su primer libro, «Los hombres que no amaban a las mujeres» ( «Män som hatar kvinnor») fue un éxito rotundo, hasta el punto de Larsson ser el segundo autor de mayor éxito en todo el mundo en 2008. Los otros libros de la trilogía, «La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina» («Flickan som lekte med elden»), y «La reina en el palacio de las corrientes de aire» («Luftslottet som sprängdes»), también tuvieron muy éxito. Se estima que se vendieron 80 millones de copias en el mundo, y uno de cada cuatro suecos compró algún libro de la trilogía.
Lamentablemente, Larsson no vivió para gozar del éxito de sus libros. Murió de un ataque al corazón a los 50 años, posible resultado de una vida llena de estrés y malos hábitos de vida. Su muerte se produjo poco antes de la publicación del primer libro. Después de su muerte, y debido al éxito de sus libros, hubo una disputa legal sobre los derechos de su trabajo, y el padre y el hermano de Larsson consiguieron ganar la causa. Larsson dejó gran parte de um cuarto libro inconcluso, que quedó en posesión de su compañera Eva Gabrielsson.
La trilogia fue adaptada para el cine en una versión sueca, cubriendo los tres libros, «Los hombres que no amaban a las mujeres» («Män som hatar kvinnor», SUE, 2009), «Millennium 2: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina» («Flickan som lekte med elden», SUE, 2009), y «Millennium 3: La reina en el palacio de las corrientes de aire» («Luftslottet som sprängdes», SUE, 2009).
A pesar de ser de producción modesta en comparación con Hollywood, la trilogía tuvo un éxito relativo, y puso en el mercado mundial los actores Michael Nyqvist y Noomi Rapace. Más tarde, en 2011, se hizo un remake americano del primer libro, con Daniel Craig y Rooney Mara, «La chica del dragón tatuado» («The Girl with the Dragon Tattoo», EE.UU., 2011).
Tanto las versiones suecas cuanto la americana mantuvieron una buena fidelidad al texto original, y el interés del público en la obra de Stieg Larsson. Sin embargo, tantos cifros a la vista fue lo mismo que balancear un paño rojo delante de un toro. Después de ganar la disputa con la compañera de Larsson, su padre y su hermano cedieron los derechos para la continuación de las obras.
Fue contratado el escritor David Lagercrantz para continuar con el trabajo de Larsson, que ya ha publicado «Lo que no te mata te hace más fuerte» ( «Det som inte dödar oss») y «El hombre que perseguía su sombra» ( «Mannen som sökte sin skugga»). Los libros son razonablemente bien escritos, los personajes mantienen sus características, pero el texto carece del estilo detallado y elaborado de Larsson, lo que ya es un demérito.
Y como dicen que no hay nada tan malo que no pueda empeorar, se hizo la película «La chica en la telaraña» («The Girl in the Spider Web», EE.UU., 2018). La película, en teoría, se basa en el cuarto libro de la serie Millennium, el primero escrito por Lagercrantz. Sin embargo, lo que se ve en la pantalla tiene poco que ver con la obra literaria, de Lagercrantz o de Larsson.
A pesar de ser rodado en Suecia, y tener los mismos personajes, parece ser algo totalmente diferente. La película es hablada en inglés, y los actores vienen de todos los lugares. En la trilogía original, Mikael Blomkvist era un hombre maduro, endurecido por una vida estresante, adicto al trabajo, poco dado a las relaciones y con una ética indestructible – el proprio alter-ego de su creador. Lisbeth Salander, a su vez, era el resultado de toda una vida de abusos y violencia doméstica, desarrollando habilidades físicas y mentales que la hicieron única. Su mayor enemigo, desde siempre, fuera su padre.
Lo que se ve en la película «La chica en la telaraña» es totalmente diferente. Para empezar, la historia es diferente del libro. Hasta entonces, todo bien, eso sucede a veces, cuando se adapta un libro para el cine. Pero los personajes parecen haber salido de otra obra. Blomkvist ya no es un hombre maduro, pero alguien sólo un poco mayor que Lisbeth. Su papel en la película es completamente nulo, a diferencia de las primeras obras, donde los dos se armonizaban en una simbiosis perfecta, con sus defectos y cualidades.
La trama es toda centrada en Salander (Claire Foy) que se convirtió en un Jason Bourne femenino. Una infancia de abuso sexual por su padre fue introducida, que nunca existió en la obra de Larsson. El comportamiento del personaje parece tan descabellado, que atravesar un río de motocicleta parece ser el menos problemático. La actriz inglesa Claire Foy tiene el carisma de una puerta de refrigerador, y no consigue transmitir ninguna veracidad en el papel.
Lo que parece pasar es la inversión en un nuevo personaje para películas de acción, totalmente disociada de la obra original, y que debe aparecer en muchas películas de aquí en adelante. Tal vez sean basadas en los libros de Lagercrantz, tal vez no. Lo cierto es que se creó otro personaje de tragaperras, de esos que tanto infestan el cine hoy en día. Veanlas por cuenta y riesgo.