Los agentes del destino
Bedeles celestiales
He tenido la oportunidad de participar en largas conversaciones en mesas de bar sobre el destino, el azar, la suerte, los caminos trazados, etc. Pero, no recuerdo muchas películas en las que se hayan tratado estos conceptos, al menos hasta que vi “Los agentes del destino” (“The Adjustment Bureau”, EE.UU., 2011), del director debutante George Nolfi.
Esta película sin duda provocó otra discusión, también interminable. Es que la película está basada en el cuento «Adjustment Team», del escritor de ciencia ficción Philip K. Dick, cuyas obras inspiraron las películas «Blade Runner» (EE.UU., 1982), “Minority report: Sentencia previa» («Minority Report», EE.UU., 2002), «El pago» («Paycheck», EE. UU., 2003) y “El vengador del futuro” (“Total Recall”, EE.UU., 1990) y (“Total Recall”, EE.UU. / CAN, 2012). Como en todas estas películas, la visión pesimista del escritor ha sido suavizada, lo que siempre causa furor en los fanáticos de los libros.
Al comienzo de la película se nos presenta al protagonista, el político David Norris (Matt Damon). David es un joven y prometedor congresista de Brooklyn que se postula para un escaño en el Senado de los Estados Unidos. Aunque iba muy bien en las encuestas, una foto indiscreta de él en la época universitaria, le hizo perder muchos votos, y tendrá que afrontar la derrota.
Mientras medita sobre su decepción en el baño, intenta ensayar su discurso de derrota, solo para descubrir que una chica se había escondido allí. La mujer era Elise (Emily Blunt), y la primera conversación entre los dos inspira a David en un discurso que se vuelve memorable.
Algún tiempo después, David se encuentra de nuevo con Elise en un autobús, reavivando su interés mutuo. Ellos no lo sabían, pero unos misteriosos hombres con sombreros querían, a toda costa, evitar este encuentro, que solo había ocurrido por culpa de uno de ellos.
Cuando David llega a la oficina, encuentra gente paralizada y hombres extraños que le lavan el cerebro a su mejor amigo y consejero, Charlie (Michael Kelly). David intenta huir, pero parece que hay hombres extraños con sombreros en todas partes. Es capturado y amenazado por los hombres con que le «borren el cerebro» si revelar algo sobre ellos, o si intentar acercarse a Elise nuevamente.
Algún tiempo después, David recibe una extraña invitación. Uno de los hombres con sombrero que lo había amenazado se ofrece a explicar lo que pueda sobre los extraños sucesos de los últimos días.
Mitchell (Anthony Mackie) le explica a David que él y los otros son Agentes, que están al servicio del Presidente. Tienen muchos poderes y algunas limitaciones, y su trabajo es asegurarse de que el Plan funcione según lo planeado.
Explicó que ya habían intentado que la Humanidad controlara su propio destino, pero que por poco no se habían matado entre sí, lo que obligó al Presidente a recuperar el control del Plan. Asombrado, David le preguntó qué tenía que ver con eso y por qué había sido prohibido de encontrarse con Elise, pero la respuesta era siempre la misma, que era parte del Plan.
Tres años después de estos eventos, David vuelve a encontrarse con Elise, lo que despierta la irritación de los Agentes. Uno dice que, originalmente, David y Elise deberían haber se encontrado y quedado juntos. Sin embargo, un cambio en el Plan había cambiado eso, y esta atracción entre los dos era un efecto residual.
Como David parece ser cada vez más determinado para estar con Elise, un nuevo Agente, Thompson (Terence Stamp) se asigna a la missión. Thompson es duro y directo – su apodo en el trabajo era «Martillo» – y no duda en provocar un accidente con Elise para convencer a David. Por temor a que ella sufra a causa de él, David decide alejarse de ella.
Esta decisión solo dura hasta que él se entere de que la niña se va a casar con su ex novio. Con la valiosa ayuda de Mitchell, David decide enfrentarse, literalmente, a Dios y al mundo para estar con ella.
Mientras que los aficionados más conservadores de Philip K. Dick se retuercen entre el llanto y el crujir de dientes, ya que lo ven como una desfiguración de la obra del escritor, no hay duda de que George Nolfi, quien escribió y dirigió la película, llevó una historia a la pantalla mucho más agradable al público actual.
Uno de los elementos que no existía en el cuento es el amor imposible, que gana mucha fuerza con la excelente química de la pareja central. Matt Damon muestra su versatilidad, desde el súper agente Jason Bourne hasta el sufriente médium de «Más allá de la vida» («Hereafter», EE.UU., 2010) con igual competencia. Emily Blunt, a su vez, crece con cada película, desde la envidiosa secretaria de “El diablo viste a la moda” (“The Devil Wears Prada”, USA, 2006).
El reparto de apoyo también trae mucha vida a la película, sobre todo John Slattery, Anthony Mackie, y el siempre magnífico Terence Stamp, que hace tanto personajes duros como el travesti Bernadette en “Las aventuras de Priscilla, reina del desierto” (“The Adventures of Priscilla, Queen of the Desert”, AUS, 1994).
La producción de la película es muy rica, y aunque los Agentes le recuerden a Smith de “Matrix” (“The Matrix”, EE.UU., 1999), tiene un ambiente misterioso y dudoso, que le da una atmósfera especial a la historia. Un detalle que le da una dimensión muy diferente, y lleva al lector a entender que esto no es una farsa, son las famosas puertas, que pueden conectar un armario de escobas al estadio de los Yankees.
Estos trucos, la edición nítida y vigorosa, combinado con una banda sonora atractiva, le da a la película un ritmo extremadamente dinámico que seguramente complacerá a los fanáticos de las películas de acción.
¿Y dónde está la discusión filosófica, la teología, los ángeles, Dios, etc.? Bueno, todo esto se presenta de manera discreta, lo que permite al espectador sacar sus propias conclusiones. La visión optimista de Nolfi, que contradice la de Dick, ciertamente se inclina hacia el libre albedrío como el principal regalo de Dios para los hombres. Vea y saque sus propias conclusiones.
La película está disponible en la plataforma Amazon Prime Video .