Niños del hombre

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Cenizas del futuro

 

¿Alguna vez se han imaginado cómo sería un mundo sin niños? Incluso el Herodes más hosco se vería obligado a afrontar el hecho de que este sería un mundo condenado a la extinción, ya que un niño significa la continuidad de la Vida. Esta amarga y cruel realidad se explora en la película “Niños del hombre” (“Chidren of Men”, EE.UU. / UK,2006), dirigida por el mexicano Alfredo Cuarón.

La trama se desarrolla en el año 2027, cuando el mundo tras un arma biológica o algún otro desastre, sufre la infertilidad de la población. Las plagas, la contaminación y otros daños causados ​​por el hombre causaron muertes masivas, y los niños fueron las principales víctimas. En este mundo adulto, el ser humano más joven tiene dieciocho años.

Tantos eventos malos han llevado al mundo al caos. Las guerras fratricidas han arruinado el orden mundial. Inglaterra, donde se desarrolla la historia, había cerrado sus fronteras al resto del mundo, y ahora el gobierno cazaba inmigrantes ilegales para expulsarlos del país. Como cada acción provoca una reacción, los grupos clandestinos habían aparecido por todas partes, reaccionando mediante ataques terroristas.

Es en este universo convulso donde Theodore Faron (Clive Owen), un ex activista político, vive hoy trabajando como funcionario. El día que escapa por los pelos de una explosión en una cafetería, recibe la noticia de que el hombre más joven del mundo, un argentino de dieciocho años, ha sido asesinado por un fanático.

Como si hubiera pocas sorpresas para el mismo día, es secuestrado por Piscis, uno de los grupos más poderosos aliados con los inmigrantes. Cuando le quitan la venda de los ojos, se sorprende al ver a su exmujer, a la que no veía desde hace más de veinte años. Julian (Julianne Moore) le pide ayuda para guiar a una persona para cruzar el país.

Theo no comprende la urgencia de la solicitud, principalmente porque, en la situación actual, nadie viajaba, salvo por alguna razón extremadamente grave. Pero para atender a Julian, acude a un familiar que ocupa un puesto ministerial para obtener el permiso.

Cuando comienzan su viaje, junto con Julian, otros activistas y la misteriosa Kee (Claire-Hope Ashitey), son emboscados por fanáticos. Refugiado en una granja, Theo descubre por qué Kee es tan importante. La niña está embarazada y es la primera persona en estar en este estado en dieciocho años.

A partir de ahí, la vida de Theo se convierte en un infierno, cuando descubre que todos, el gobierno y los terroristas, quieren usar a Kee y su bebé como arma política. Tendrá que enfrentarse a miles de enemigos, mucho fanatismo y todo tipo de dificultades para llevar a la niña y su preciado cargamento a salvo al Proyecto Humano, una misteriosa organización que intenta reconstruir la Humanidad.

Esta película consolidó la imagen de versatilidad de Alfredo Cuarón, este mexicano que tiene en su currículum títulos tan diversos como “Harry Potter y el prisionero de Azkaban” (“Harry Potter and the Prisoner of Azkaban”, UK / EE.UU.,2004), “La princesita” (“A Little Princess”,EE.UU, 1995), “Y tu mamá también” (MEX, 2001), “Gravedad” (“Gravity”, EE.UU., 2013), hasta llegar a consagración con “Roma” (MEX, 2018), ganadora del Oscar 2019 a Mejor Película Extranjera, Mejor Director y Mejor Fotografía, además de siete nominaciones más.

La atmósfera de “Niños del hombre” es proporcionada principalmente por la maravillosa fotografía de Emmanuel Lubezki, compañero de Cuarón en varias películas. Todo el elenco es perfecto, destacando la figura del eterno hippie Jasper (Michael Caine), impecable como siempre.

Esta película está basada en el libro «The Children of Men», escrito por la escritora inglesa P.D. James en 1992. El tema apocalíptico del fin de la humanidad no es nuevo, ya que ha sido utilizado por otros autores, como Brian Aldiss, en «Barbagrís» y Arthur C. Clarke, en “El fin de la infancia”.

Está claro que una obra de ficción utiliza la exageración para expresar su mensaje, y “Niños del hombre” no es una excepción. Sin embargo, no es difícil imaginar un futuro sombrío cuando los valores más importantes son el éxito a cualquier precio, la riqueza, el placer egoísta, el individuo prevaleciendo sobre el grupo. Si nos detenemos a pensar en el aumento del calentamiento global, las guerras interminables motivadas por el petróleo y otras riquezas, y la pandemia en la que vivimos hoy, ¿un mundo como el de la película es realmente exagerado?

La esperanza se expresa en una conmovedora escena de la película, cuando la simple visión de un bebé consigue cesar toda hostilidad, recordando a todos la importancia de la continuidad de la vida. Observe y haga sus propias conclusiones. Y para la multitud que siempre pregunta dónde encontrar la película, está disponible en la plataforma Netflix.

 

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