Película Recomendada: «Siempre»
Ángeles encarcelados
Se acuerdan de una película con una pareja muy amorosa, y el hombre moría y volvía para arreglar las cosas? Ah! Y en la película había una canción de los años cincuenta muy bonita … Se han pensado en «Ghost: La sombra del amor», se equivocaron totalmente. Estoy hablando de «Siempre» («Always», EE.UU., 1989), con Richard Dreyfuss y Holly Hunter, dirigida por ningun otro que Steven Spielberg.
Para aquellos que lo desconocen, esta película es una nueva versión de «Dos en el cielo» ( «A Guy Named Joe», EE.UU., 1943), con Spencer Tracy y Irene Dunne en los papeles principales. Es uno de los pocos casos en que la copia es mejor que el original. De una película a la otra, lo que cambió fue el ambiente. Aunque la historia original tuvo lugar durante la Segunda Guerra Mundial, «Siempre» muestra la lucha de los bomberos aéreos para la extinción de incendios forestales.
Pete (Richard Dreyfuss) es un piloto audaz y apasionado por lo que hace, mientras que su novia Dorinda (Holly Hunter) lo vive pidiendo que deje este trabajo tan peligroso. En una de estas veces, Pete sufre un accidente y muere. Un ángel (Audrey Hepburn, en una de sus últimas apariciones en el cine) lo lleva de vuelta al mundo, para que sirva de inspiración para un joven piloto. Sucede que el chico está enamorado de Dorinda, lo que lleva a Pete a descubrir su verdadera misión: resolver los conflictos que dejó al morir.
Esta es una película donde absolutamente todo salió bien. La historia es romántica y enternecedora. El dúo principal actúa muy bien y tiene una química perfecta. Los paisajes son bellísimos, y las tomas de los incendios forestales son sorprendentes. La canción «Smoke Gets In Your Eyes», gran éxito de The Platters de 1959, casa perfectamente con la historia. y todavía hay el divertido John Goodman haciendo el contrapunto cómico de la película.
La comparación con «Ghost: La sombra del amor» ( «Ghost», EE.UU., 1990) es inevitable, debido a las similitudes entre las dos películas, a pesar de «Siempre» haber sido lanzada un año antes. La diferencia fundamental está en el trato dado a los personajes, y en la ideología incrustada en las películas. En «Ghost: La sombra del amor» hay una atmósfera de sensualidad y violencia. En ella el «difunto» Swayze investiga y venga su propio asesinato. Como es americano, blanco, hermoso, y rubio, va al cielo de cualquier manera. Ya el bandido, latino, moreno, y feo, no escapa de ser arrastrado por las sombras del infierno.
«Siempre» es bastante diferente. Luchando contra las llamas infernales de los incendios, por lo general para slavar la vida de los bomberos que trabajan sobre el terreno, los personajes principales son angelicales. Todos son contenidos y asexuales. Lo más que se ve son las travesuras de Dreyfuss, bromeando su amigo Goodman.
Esa característica de la película es visible en la escena en la que Dorinda, en el aniversario de la muerte de su novio, lleva el mismo vestido blanco y virginal, que este le había regalado, y baila sola, mientras escucha «Smoke Gets In YourEyes». Pete baila con ella, sin tocarse, como ángeles que son. Esto podría ser clasificado como sensiblero, y quien lo haga, estará lleno de razón. Ridiculamente sentimental, pero maravillosamente romántico.
La película, en ese delicioso romanticismo anticuado, trae a la superficie la parte buena de nuestras almas, que queda tan sofocada por el materialismo de esos días atribulados que vivimos. Entre Trumps y Bolsonaros, ataques terroristas y denuncias de corrupción, dejamos de ejercitar la fascinante característica humana de conmoverse con lo bueno, lo puro, lo ético. Nada menos que la parte ángel, que existe dentro de cada uno de nosotros.
¿Qué tal ver la película con el espíritu abierto, sin reprimir las emociones, dejando aflorar lo que sea? A menudo tenemos que utilizar la excusa de la película sentimental, para liberar las emociones atrapadas. Vaya a ver que valdrá la pena.
Esta fue la tercera película que Spielberg y Dreifuss hicieron juntos. Anteriormente ellos habían hecho «Tiburón» ( «Jaws», EE.UU., 1975) y «Encuentros cercanos del tercer tipo» ( «Close Encounters of Third Kind», EE.UU., 1977). Y, de prueba de que a veces la vida imita al arte, en 1989 hubo un gran incendio en el famoso parque de Yellowstone, cuyas escenas fueron grabadas en «Siempre». Holly Hunter lleguaría a su adultez dramática poco después, con la magnífica película «El Piano» ( «The Piano», EE.UU., 1993), lo que le valió un bien merecido Oscar.