El canto del lobo
El sonido de la guerra
Quien convive con el cine sabe que hay algunos mitos que circulan en el medio. Como ejemplo, «las mejores películas de acción vienen de Hollywood» y «el cine francés es aburrido y confuso». Pero, como sabemos, los mitos se basan en premisas falsas, y para demostrarlo tenemos la gran película francesa «El Canto del Lobo» («Le chant du Loup», FRA, 2019), protagonizada por Omar Sy, François Civil y Mathieu Kassovitz .
La película trae una interesante historia pasada en uno de los entornos militares más complejos del mundo, el campo de guerra de los submarinos. Como escribió Tom Clancy, en su libro «La caza al Octubre Rojo» (que también proporcionó una excelente película), los submarinos están siempre en guerra real, con sus maniobras y movimientos, faltando solamente apretar el gatillo – el torpedo, en el caso.
La película empieza en una misión en la costa de Siria, donde el Titán, un submarino convencional francés, hará el rescate de soldados encubiertos en la zona enemiga. El comandante de la nave es el experimentado Grandchamp (Reda Kateb) y su inmediato es D’Orsi (Omar Sy).
Curiosamente, a pesar de toda la tecnología involucrada en la construcción de un submarino, el desempeño del mismo depende de las cualidades de un técnico altamente especializado, el analista acústico de guerra (Analyste Acoustique de Guerre), o simplemente AAG, también apodado Oído de Oro.
Este técnico tiene como función escuchar todos los ruidos alrededor del submarino, identificando y clasificando lo que es natural, inofensivo o que representa alguna amenaza. Esto puede parecer extraño, pues el espectador está viendo toda la imagen del submarino, pero en ese espacio confinado no existe campo de visión, todo depende de lo que es percibido por el sonar e interpretado por el AAG.
Durante la misión en Siria, el AAG era Chanteraide (François Civil), un técnico extremadamente competente, con un audición fenomenal, aunque también conocido por el poco respeto a los oficiales superiores. En ese momento, sus habilidades son requeridas al máximo, porque además de una fragata y un helicóptero iraníes, él también estaba intrigado por el misterioso sonido de un objeto que no encajaba en todo lo que había conocido antes.
Chanteraide se obsesionado con este sonido, y intenta descubrir más sobre él. Para esto, invade los archivos de la marina francesa, y no es arrestado sólo porque consigue identificar el objeto misterioso: un antiguo submarino ruso que se había desactivado hacia décadas. Mientras tanto, su ex comandante, Grandchamp, es asignado al mando de un submarino nuclear, el Effroyable, y D’Orsi es promovido a comandante del Titán.
Los dos submarinos son enviados en misión conjunta, pero luego Francia es sorprendida con la alarma de un ataque nuclear! Un misil intercontinental, lanzado desde un submarino en la costa de Rusia, viene en direccion a Francia. Todo hace pensar que se trata de un ataque ruso, pero gracias al oído de Chanteraide, se descubre que todo era una estafa dirigida por los terroristas para forzar una guerra entre los dos países.
El problema es que, siguiendo el protocolo de guerra francés en estos casos el submarino nuclear debe cortar todas las comunicaciones y hacer la contraofensiva. En el caso, lanzar otro misil nuclear. Como el Titán era el más cercano, recibe la misión de encontrar el Effroyable y disuadirlo de hacer el ataque – incluso si para ello tenga que hundirlo!
«El Canto del Lobo» tiene todas las características de las grandes películas de submarinos, como «El submarino – Das Boot» («Das Boot», RFA, 1981), «Marea Roja» («Crimson Tide», EE.UU., 1995), «Duelo en el Atlantico» («The Enemy Below», EE.UU., 1957) y el ya citado «La caza al Octubre Rojo» («The Hunt for Red October», EE.UU., 1990).
Pero, además de los grandes efectos especiales y escenas de acción, «El Canto del Lobo» también tiene una buena historia, guión bien hecho, edición dinámica y óptima banda sonora. Lo mismo se puede decir de la actuación de los protagonistas, como los veteranos Omar Sy y Mathieu Kassovitz. El joven François Civil, a pesar de tener pocos trabajos en el cine, viene de una larga experiencia en la televisión francesa.
A pesar de ser una película recentísima, «El Canto del Lobo» ya está disponible en el catálogo de Netflix, aunque mereciera un paso mínimo por los cines tradicionales.
«El Canto del Lobo» es una película para los amantes de películas de guerra, sin el exceso de efectos especiales y explosiones interminables. Películas como esta son siempre un recordatorio para alertarnos del margen mínimo de seguridad en el que vivimos, especialmente en un momento en que los líderes locos e irresponsables parecen predominar. Esperemos que la guerra permanezca sólo en las pantallas.